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Desde ahora dejarás de gastar cientos de euros en productos químicos pudiendo usar esta sal sencilla, barata y sobre todo natural.

Vegetales limpios
Coge un barreño, llénalo de agua, añade una cucharada de bicarbonato y sumerge ahí tus frutas y verduras, así evitarás usar lejía ya que es muy tóxica. Tus alimentos estarán limpios, frescos y listos para consumir, no hay nada mejor que el bicarbonato de sodio.

Adiós a las manchas de la alfombra

Esparce bicarbonato disuelto en agua con un spray difusor por toda la superficie, déjalo actuar y luego frótala con un cepillo de alfombras o aspira con la aspiradora. Además de quitar las manchas, el bicarbonato de sodio te ayudará a mantener tu alfombra o moqueta limpia, fresca y sin malos olores ya que es también un potente neutralizador de olores. Si la mancha es persistente, realiza la operación una vez más y verás cómo desaparece por completo.

 

Boca limpia y fresca

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Disuelve una cucharadita de bicarbonato de sodio en agua y enjuágate la boca con ella, a modo de colutorio, haz gárgaras y verás cómo tu boca y tu aliento se quedan limpios y frescos.

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La limpieza correcta de nuestra boca incluye este sencillo proceso ya que con limpiarse los dientes no es suficiente, hay que limpiar también la lengua, la garganta, el paladar y los mofletes por dentro.

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Los enjuagues bucales tradicionales cuestan muy caros y el bicarbonato hace el mismo efecto de limpieza y además es anti bacteriano.

Efecto blanqueador de ropa

El mejor truco para que tu ropa esté siempre blanca y no se ponga amarilla por el efecto de la lejía es añadir a tu colada un cacito de bicarbonato de sodio y verás cómo tu ropa siempre estará fresca, desodorada e increíblemente blanca. Además no se dañarán los tejidos porque es un producto natural. La lejía al principio la deja blanca pero lavado tras lavado la ropa se pone amarilla y se desgasta el tejido porque se trata de un químico abrasivo.

Pulidor de baño

Para que tus cerámicas del baño, lavabo, bañera, bidel y W.C. estén siempre blancos, haz una pasta mezclando bicarbonato con agua, refriégala en la zona a limpiar, déjala actuar unos minutos y después frota con un estropajo de baño, quedarán limpios, relucientes y sin un solo resto de cal.

El bicarbonato de sodio es el mejor ayudante. ¡Únete a nosotros para aprender más consejos útiles!

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